Por Marcela Leopo Flores
El Presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara Miguel Alfaro Aranguren denunció que nuevamente el Legislativo le dio la espalda a los ciudadanos con la exoneración que hicieron los Diputados del Auditor Alonso Godoy Pelayo y avalar que el bono que se otorgó de más de 9 millones de pesos era merecido y legal.
“Entendemos que esta decisión fue producto de acuerdos entre los distintos factores del poder real al interior de los partidos” aseguró al lamentar que se haya acordado mantener sin cambios una institución de suma trascendencia como lo es la Auditoria superior de Hacienda encargada de revisar las cuentas públicas.
Advirtió a los secretarios de gobierno, presidentes municipales, legisladores y regidores que aspiran a cargos de elección popular la preocupación de que las viejas técnicas de la política mexicana no han disminuido sino que han aumentado para establecer compromisos anticipados con estructuras corporativas, grupos partidistas, monopolios etc, aunque estos resulten prejudiciales para las mayorias, despilfarros de recursos en promoción personal o lo que es peor, la politización de la nómina, que es el común denominador de fondo en todos los recientes escándalos de la entidad como los de la LVIII Legislatura, el SIAPA, o la Contraloría del estado.
Precisamente son ese tipo de prácticas retrógradas y deshonestas las que han provocado indignación y hastío en la sociedad. Por eso dijo, que el principal argumento para ascender en el servicio público es haber realizado un trabajo eficiente en su actual responsabilidad y la entrega de resultados comprobables debe ser la mejor manera para que la ciudadanía vote en el próximo proceso electoral.
En el marco del CXXIII Aniversario de la Cámara de Comercio de Guadalajara, fueron galardonadas tres valiosas mujeres . El reconocimiento al Joven emprendedor fue para Gladys Edith Rábago García Gerente general de la empresa Urban Dog. En tanto que el premio Mercurio fue para Marisa Lazo Corvera de Pastelería Marisa y la Medalla de honor fue entregada a Paulette Font Reux de la Rosa por su labor filantrópica realizada en colonias marginadas de Guadalajara.
