Por Marcela Leopo Flores
Es la flor principal de los altares de muertos y tumbas . Supera con creces en
ventas al “cordón de Obispo” y “La Nube” en la fecha religiosa de los
fieles difuntos . Su intenso color
amarillo en sus corolas semejan los rayos solares, resaltado en el verde
follaje.
El cempasúchil es conocida también en Estados Unidos como “Mary
Gold” . En México se conoce desde hace más de 400 años y al igual que la
Nochebuena, es un regalo de nuestro país para el mundo.
Su cultivo es tan noble, como bendito, señala Jesús Mora
Ruiz, uno de los tres hijos de David Mora
, propietario del Rancho San Antonio, en el Municipio de Tlajomulco de Zúñiga .
Desde hace 11 años, dos hectáreas del rancho desplazaron el
cultivo de maíz por la de esta flor mexicana. Obviamente ha resultado más
rentable. La producción lleva un período de apenas 8 semanas, tiempo en que está
a punto para comercializarse en el
festejo de Día de Muertos.
De manera puntual cada 27 de julio siembran la semilla, que
previamente recolectaron de la producción del año anterior. Una vez que crecen
las plántulas se trasplantan a la tierra el 20 de agosto para que crezcan ya
partir de la segunda semana de octubre
ya empiezan a estar listas las flores para el corte.
La venta la hacen por manojos, los que venden al mayoreo a razón
de 25 pesos cada uno.
Jesús Mora no tiene idea de cuantos manojos se producen, pero
con certeza señala que si sale para sufragar todos los gastos de producción,
incluyendo los insumos , la nómina de una
cuadrilla de 30 trabajadores y queda una buena utilidad.
El resto del año en el rancho se producen rosas , girasoles y
cordón de obispo. El maíz tampoco lo han abandonado por completo , porque forma
parte del autoconsumo de la familia .
Una vez que el terreno queda limpio de cempasúchil , pasada esta fiesta santa , proceden a sembrar
rábanos, los que prácticamente se dan solos y el riego depende casi en su
totalidad del buen temporal.
Aunque la producción de cempasúchil es bastante, solo permite
abastecer al mercado local de la zona metropolitana de Guadalajara.
Cabe destacar que de manera autodidacta, la Familia Mora
produce la flor que en antaño los mexicas le llamaran “veinte flores” . Nunca se
han acercado al gobierno ni a institución alguna para recibir asesoría o apoyos
tecnológicos que les permitan ser más productivos.